TODOPOLICIAS

Juzgan a dos «mossos» por trato degradante y lesiones a un detenido
Jueves, 18-12-08
E. CARRERAS
Los dos agentes imputados, ayer en el juicio
M. J. F.
BARCELONA. Un nuevo caso de presunta mala actuación policial con un detenido sentó ayer en el banquillo a dos agentes de los Mossos, N. L. R. y L. C. C., a quienes el fiscal acusa de un delito de trato degradante y una falta de lesiones. Por estos hechos, solicita para cada uno nueve meses de prisión y dos años y tres meses de inhabilitación para el ejercicio de empleo público.
J. G. G. fue detenido en el barrio de la Barceloneta el 1 de octubre de 2006, a la una y media de la madrugada, después de que dos chicas estadounidenses dijeran a la patrulla que aquél y otros dos jóvenes las habían amenazado con una navaja y hecho tocamientos. Los agentes los arrestaron, pero dos lograron escaparse. El único detenido, que ayer declaró como testigo en la Sección Octava de la Audiencia de Barcelona, cree que la huida de sus amigos hizo que los policías «la tomaran» con él.
En una declaración en la que fue reconvenido por el magistrado debido a su actitud -«sea educado y conteste», le dijo-, J. G. G. aseguró que recibió bofetadas y patadas en varios momentos y lugares, incluida la comisaría de Les Corts, que «parecía un «ring»». Según el joven detenido «equivocadamente» por unos hechos en los que dijo no haber participado, fue el agente quien más le pegó. «El que más suelto estaba era él», afirmó. El testigo declaró que no intentó huir porque no había hecho nada, «sólo iba a comprar tabaco».
J. G. G. renunció a la indemnización de 3.500 euros que el fiscal pedía a los agentes para él: «No quiero dinero, sólo que aprendan un poquito; que no les den una placa y se crean...».
Los policías declararon que el joven se negó a identificarse y negaron rotundamente haberle pegado o insultado, así como haberle dicho que se iba «a comer el marrón de la agresión sexual», como recoge el escrito fiscal. Según los dos agentes, solamente le informaron del motivo de su detención.
En su informe final, la fiscal dijo que «hubo deseo de maltrato al detenido» por parte de unos policías que «lo que tienen que dar es seguridad y trato exquisito». La abogada de éstos cuestionó que Fiscalía no haya investigado lo ocurrido en Les Corts, «donde, según el detenido, más le pegaron».