Las mafias contratan a pescadores y buzos catalanes para traer hachís
• La Guardia Civil ya ha detenido a cuatro marineros locales por colaborar con traficantes marroquís
• Potentes lanchas transportan hasta 6.000 kilos de droga, que entregan a pesqueros en alta mar
Una lancha neumática de 16 metros varada en una playa del Garraf, donde fue interceptada por la Guardia Civil. Foto: GUARDIA CIVIL
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ANTONIO BAQUEROSANT ANDREU DE LA BARCA
El pequeño pesquero había salido a faenar. O eso parecía. Porque en lugar de buscar un banco de sardinas, el barco se dirigió a un punto de encuentro que le había sido indicado y que se encontraba 50 millas mar adentro. Allí, al abrigo de la oscuridad, esperaba una enorme lancha semirrígida con 4.000 kilos de hachís a bordo que 24 horas antes había zarpado de la costa norte de Marruecos. Tras la toma de contacto se produjo el intercambio. Los tripulantes de la lancha les entregaron los fardos de hachís a los pescadores, que a su vez les dieron garrafas de gasolina súper para que la embarcación neumática pudiera realizar el viaje de regreso hasta la costa de Marruecos.Varios días después, de nuevo una neumática cargada de hachís se acercó al litoral de Tarragona a la espera de contactar con un pesquero. Sin embargo, la enorme presencia policial en la zona a causa de una manifestación popular por la sequía les llevó a anular el intercambio. Los traficantes decidieron fondear la droga, es decir, hundirla en el mar hasta una mejor ocasión. Esta llegó varios días después, cuando el pesquero acudió a la zona con un buzo a bordo, que se sumergió para subir la mercancía a la superficie.OPERACIÓN ISCLEAmbos traslados de droga fueron realizados por una mafia marroquí que en el 2008 llegó a desembarcar en playas catalanas 20.000 kilos de hachís y que a finales del año fue desmantelada por la Guardia Civil en el curso de la Operación Iscle. El operativo culminó con la detención de 19 personas y la incautación de 6.000 kilos de hachís.Durante la investigación, la Guardia Civil descubrió los nuevos métodos de traslado que están utilizando las redes marroquís del narcotráfico para convertir el litoral catalán, especialmente la costa de Tarragona y Barcelona, en zona de desembarco de grandes cargamentos de droga. Lo más llamativo de esos nuevos procedimientos es la creciente participación de catalanes, sobre todo porque las redes están contratando a pescadores y buzos locales --como ya se hacía en Andalucía-- para que acudan mar adentro a buscar la droga transportada previamente hasta allí en enormes lanchas neumáticas. De hecho, entre los detenidos en esta operación hay dos pescadores, un buzo y un individuo vinculado con una zona portuaria.Los pescadores y buzos que son contratados por las mafias cobran a a razón de 80 euros por paquete descargado, lo que puede hacer que por un viaje se embolsen entre 60.000 y 80.000 euros.El fenómeno es consecuencia de la necesidad de las mafias de intensificar los desembarcos en el Levante y en la costa catalana después de que el Estrecho de Gibraltar --la zona donde solían trasladar la droga-- haya quedado prácticamente blindado con el Sistema Integral de Vigilancia Exterior, un complejo mecanismo de cámaras térmicas, radares y sensores implantado para luchar contra la inmigración ilegal y que permite detectar cualquier embarcación tan pronto como zarpa de Marruecos.El método descubierto por la Guardia Civil se inicia en la costa mediterránea de Marruecos, desde donde zarpan enormes lanchas neumáticas semirrígidas. "Emplean lanchas enormes, algunas de hasta 16 metros de eslora. La razón de que necesiten usar naves muy grandes es que el viaje hasta Catalunya es muy largo y, por tanto, solo les es rentable si transportan mucha droga", explica el mando de la Guardia Civil que ha liderado la investigación.Equipadas con hasta cinco motores de 250 caballos cada uno, esas embarcaciones suelen tardar unas 24 horas en cubrir la distancia entre la costa marroquí y la catalana. La acumulación de hasta 1.250 caballos les da una potencia tremenda que, a su vez, hace su manejo tremendamente arriesgado.Por ello, los cargamentos son de, al menos, 4.000 kilos de hachís y abundan los traslados de 5.000 y hasta 6.000 kilos de esta droga. Aunque normalmente viaja una sola embarcación, algunas veces las redes envían dos lanchas llenas de hachís y una tercera cargada de gasolina para que las dos primeras puedan repostar y llegar hasta destino. En cualquier caso, las embarcaciones solo llevan combustible para la ida. Una vez en la costa catalana, se les entrega carburante para regresar.DESTINOS EUROPEOS "Una vez en tierra, la mayor parte de la droga que llega a Catalunya se distribuye a otros países europeos", cuenta este mando policial, que explica que estas mafias suelen mover la droga oculta en paquetes que trasladan empleando servicios ordinarios de mensajería. "Crean una empresa tapadera que remite el paquete a otra empresa tapadera", explica.En cualquier caso, este responsable pide que no se criminalice al colectivo de pescadores por "alguna oveja negra que haya caído tentada por el dinero fácil".
. CAM a 1/18/2009 08:00:00 a. m.
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